Frases de Confucio
Confucio fue y sigue siendo una de las personas más importantes dentro de la filosofía y su impacto en el mundo aún es relevante, sobre todo en China, donde nació hace más de 2000 años y sus escritos y pensamientos siguen siendo cátedra para muchos de nosotros. Tanto es así que hasta nació la corriente de pensamiento del Confucionismo. Pero no te queremos aburrir con datos biográficos, así que vamos a pasar a las frases de Confucio, que es la forma más rápida de aprender de su sabiduría.
Frases de Confucio
- El hombre que mueve montañas comienza cargando pequeñas piedras.
- No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
- Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.
- Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios.
- Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.
- Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, ¿cómo sabrá gobernar a los demás?
- La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.
- El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.
- Aprender sin reflexionar es malgastar la energía.
- Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
- Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.
- El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
- No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
- Lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros.
- Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae.
- El mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, éste no.
- El hombre elevado es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa.
- Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
- El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
- Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo.
Frases de Confucio con explicación
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás.
Confucio en esta frase nos recuerda mucho a Marco Aurelio con su frase: Sé tolerante con los demás y estricto contigo mismo y también a Sócrates con frases como «El camino mas noble no es someter a los demás, sino perfeccionarse a uno mismo.» Y es que no les falta razón a ninguno de los tres. Debemos de ser consecuentes con nosotros mismos antes de pedir, exigir o demandar algo de los demás. Hay otra frase muy famosa, un dicho popular, que dice: «Predicar con el ejemplo». Por eso mismo, es mejor no tener expectativas de los demás, de esa forma, todo lo positivo que te venga será una sorpresa y bienvenido.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.
Frase que nos recuerda mucho a los políticos y a algún que otro vendehumos que nos encontramos por internet, ¿No es cierto? El don de la oralidad no quiere decir que quien las pronuncie tenga el don de la razón o de la verdad. Ser convincente es algo que se practica y se cultiva para conseguir lo que quiera. No dejes que te persuadan las palabras. Lo que realmente importa es lo que hay en el fondo de cada mensaje. Así que, cuando alguien te haya convencido demasiado rápido de algo, probablemente indica que es un buen orador o vendedor, pero necesitas alejarte un momento para pensar racionalmente y de manera objetiva lo que se te ha comunicado. A veces, los hombres más virtuosos no tienen el don de la palabra. Algunos saben escribir, otros pintar, y otros solo tienen caos en la mente que no saben expresar. El mundo no está bien repartido. Saber convencer a más gente no implica tener más razón, ni ser más inteligente, sino tener cierta labia, cierto carácter.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
Confucio con esta frase aparentemente habla más sobre la sociedad, «Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos», pero a nosotros desde claridad mental nos gusta traer este tipo de frases hacia lo individual, hacia nuestro interior. Y es en ese contexto donde podemos ver la belleza de esta frase.
Cuando trabajas para impedir delitos, lo que solemos hacer es crear hábitos saludables que nos conduzca en la dirección a donde queremos llegar y de esa forma también evitamos el castigo o caer en pequeñas trampas que nos quiten la felicidad o nos desvíen de nuestros objetivos.
Un caso muy sencillo sobre este asunto es, por ejemplo, cuando queremos perder peso. Trabajar en impedir delitos sería el no comprar dulces para no tenerlos en casa y cocinar cosas saludables para llevarse al trabajo en lugar de salir a comer «sobre la marcha» en nuestro descanso.
De esta forma estamos trabajando en impedir el delito de una forma natural, y no necesitamos pensar en los castigos que inevitablemente nos pondríamos a nosotros mismos cuando tienes esa batalla interna que te dice: Hoy me como esta hamburguesa y a cambio esta noche no ceno.
O el me como este donut para desayunar y al medio día me tomo una ensalada. Cuando te centras en mantener unos hábitos saludables (impedir delitos), no necesitarás negociar contigo mismo ni sentirte mal cuando tienes la tentación delante (necesitar castigos)
Comentarios de miembros