Confucio: Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.
El don de la oralidad no quiere decir que quien las pronuncie tenga el don de la razón o de la verdad. Ser convincente es algo que se practica y se cultiva para conseguir lo que quiera. No dejes que te persuadan las palabras. Lo que realmente importa es lo que hay en el fondo de cada mensaje. Así que, cuando alguien te haya convencido demasiado rápido de algo, probablemente indica que es un buen orador o vendedor, pero necesitas alejarte un momento para pensar racionalmente y de manera objetiva lo que se te ha comunicado. A veces, los hombres más virtuosos no tienen el don de la palabra. Algunos saben escribir, otros pintar, y otros solo tienen caos en la mente que no saben expresar. El mundo no está bien repartido. Saber convencer a más gente no implica tener más razón, ni ser más inteligente, sino tener cierta labia, cierto carácter.