Confucio: Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás.
aturalmente, te gusta que las cosas salgan bien. Sin embargo, sabe que sus planes y aspiraciones no siempre resultan como esperaba. Esto se debe a que hay numerosos factores e imprevistos que escapan por completo a tu control. Sin embargo, no conseguir los resultados esperados puede frustrarle. De hecho, cuando la demanda te exige demasiado, puedes pasarlo realmente mal. Si esto te suena a ti, probablemente has convertido la consecución de la perfección en un objetivo obsesivo. Esto hace que te sientas incómodo e insatisfecho. Además, tu comportamiento excesivamente exigente y tu intransigencia contigo mismo y con los demás pueden convertirse en un verdadero problema. Sin embargo, vivir en una sociedad competitiva a menudo te impone objetivos inalcanzables. Tienes que saber cuándo puedes exigirte un poco más o cuándo es el momento de levantar el pie del acelerador. Si eres excesivamente exigente contigo mismo, serás consciente de tus fallos y de que eres incapaz de conseguir lo que te propones. Esto te hace sentir mal. De hecho, te culpas y te castigas y te sientes aplastado por dentro. Esta actitud no te beneficia en absoluto. Genera sentimientos negativos como la insatisfacción. Esto suele estar provocado por situaciones imaginarias que ni siquiera existen. Por ello, debes aceptar que los errores forman parte de la vida cotidiana y que no todo saldrá siempre como esperabas.