Confucio: Aprender sin reflexionar es malgastar la energía.
Nadie es inmune a los errores. Al fin y al cabo, somos humanos. Pero si nos limitamos a pedir disculpas y seguir como antes, corremos el riesgo de repetir los mismos errores. Cuando no aprendemos de nuestros errores, nos causamos un estrés innecesario a nosotros mismos y a los demás, y nos arriesgamos a perder la confianza de la gente en nosotros. En este artículo, veremos cómo asegurarnos de que asumimos esas lecciones y utilizamos lo que aprendemos. No se puede aprender nada de un error hasta que se admite que se ha cometido. Así que respira hondo y admite el tuyo, y luego hazte cargo de él. Informa a los que tienen que saberlo, discúlpate y diles que estás trabajando en una solución. Decir “lo siento” requiere valor, pero es mucho mejor confesar que ocultar tu error o, peor aún, culpar a otros de él. A la larga, la gente recordará tu valentía e integridad mucho después de haber olvidado el error original.Cuando hayas reconocido tu error, piensa en lo que podrías hacer para evitar que se repita. Por ejemplo, si no has seguido un proceso correctamente, considera la posibilidad de introducir una lista de control más sólida o un documento de proceso más claro.