John C. Maxwell: La única garantía de fracasar es dejar de intentarlo.
Tan simple como eso. Si dejas de intentarlo, las probabilidades de conseguir tu meta se reducen a cero. Es decir, el “no” desde un principio ya lo tienes. No sirve de nada quedarse sentado y darlo todo por perdido. Es irónica la situación de no intentar algo por miedo a no conseguirlo, cuando lo único que consigues es la certeza de que no lo vas a conseguir. Si lo intentas, puede que falles, pero puede que no. Ahí aumentan tus probabilidades de éxito, y eso debería ser motivo suficiente para seguir intentándolo. Cuanto más lo intentes, más cerca estarás de llegar a tu objetivo. Y cuantos más intentos fallidos hayas acumulado, más motivos tendrás para seguir intentándolo, solo por el empeño que has puesto. Imagina poder ver la línea del tiempo, y dejarlo porque ya has fracado suficiente, cuando tu destino era conseguirlo por fin justo a la siguiente. Es como la historia de Hannibal cuando deciden descansar a punto de ganar la guerra. Inténtalo, inténtalo hasta conseguirlo. Y si abandonas, encuentra la perseverancia y la fuerza para seguir hasta que estés orgulloso de ti mismo. No temas al fracaso, haz que sea solo parte del camino, porque cuando hayas terminado de cruzar esta meta habrás adquirido suficiente experiencia para librar peores batallas.