Catherynne M. Valente: No arruines el hoy con el luto del mañana.
Puedes planificar levemente el futuro para no ir a ciegas, pero debes tener siempre en mente que en cualquier momento puede llegar un giro inesperado que lo cambie todo y te rompa los esquemas. Sin embargo, esto no quiere decir que debas vivir preocupándote de qué puede salir mal mañana, ni siquiera aunque lo tengas claro. Si dedicas el presente a preocuparte por el mañana, ya estás desperdiciando el doble de tiempo. Si mañana sucede algo por lo que estar triste, deja que sea cosa del mañana. Si empiezas a lamentarte hoy, pierdes también el presente. Que sea lo que tenga que ser, pero deja que ocupe el mínimo tiempo y espacio en tu mente. Además, dar las cosas por perdidas antes de que nada suceda, es adelantarte a los acontecimientos, y en algunas ocasiones eso significa darle más probabilidades a que eso que queremos evitar, acabe sucediendo. Permite que el día de hoy siga su curso, disfruta el momento, el ahora, utiliza todo este día. Que lidie con lo que suceda mañana tu «yo» del futuro.