Victor Hugo: El infierno está todo en esta palabra: soledad
La soledad puede ser peligrosa. Es como el hambre. Quienes la temen hacen bien en ponerse en guardia contra ella Por desgracia, es algo que frecuentemente se deja olvidado hasta que ya no se puede soportar. Comer y beber. Vitaminas, medicinas Y tomar café en los bares, cuando no teníamos miedo de comer cosas que nos hacen mal.
Y muchas veces era más un síntoma de la soledad que una necesidad fisiológica. De esa soledad de no encontrar ni hacerte entender con los demás de la que huyen quienes pueden Una soledad que fustiga, hasta que finalmente el miedo a ella se contiene para protegerse. Entonces la soledad ya no es sórdida, sino encantadora, ya no se busca huir de ella, sino encontrarla y sentirse bien, y no a solas con uno mismo, sino en compañía de los demás. Entonces es el recreo del soldado, el descanso del luchador, el goce del victorioso, el asueto del toldado, el petit morsel que falta en el surfeit delicioso del deseo y de la saciedad juntos Entonces, cuando lo que te hace falta es una mirada, aunque sea triste, un semblante que te sientas bien viendo, aunque sea melancólico, unos labios que puedas besar, aunque solo te eches encima un pesar y que te acuerdes de que existen arriba de tu cuerpo un brazo desnudo y una mano abierta que te espera y que te pide que vuelvas.
Entonces, sobre todo, cuando te falta una voz y te dices: «Anda, vámonos, que al final eres feliz», y te pones a cantar: «qué pena y qué nada», entonces se ama la soledad.
Inspírate con más fotos de frases:
Richard Cecil: El primer paso hacia el conocimiento es saber que somos ignorantes.
James Clear: Es mejor hacer menos de lo que esperabas que no hacer nada.
Epicteto: El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.
Epicteto: Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.
Nietzsche: El hombre parece tener más carácter cuando sigue su temperamento que cuando sigue sus principios.
Platón: El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido.
David Lloyd George: La libertad no es simplemente un privilegio que se otorga, es un hábito que ha de adquirirse.
Marco Aurelio: No desprecies la muerte, pero acéptala de buen agrado, porque forma parte de lo establecido.
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