Comunicación Asertiva: La Guía Definitiva.
No es para nada sencillo dominar la comunicación asertiva. El problema está en que la línea entre ser asertivo y ser maleducado es muy delicada.
Por otro lado, las personas suelen confundir ambos términos. ¿Cómo ser una persona asertiva y no cruzar la línea? Existen varias técnicas muy útiles para mejorar esta habilidad comunicativa, sin embargo, primero es esencial aclarar qué es la asertividad.
¿Qué es la comunicación asertiva?
La asertividad es tanto una habilidad comunicativa como un comportamiento. Una persona asertiva expresa sus opiniones y sus sentimientos de una manera directa, pero sin dejar de ser apropiada. A la vez, esa persona también respeta la opinión, los sentimientos y las creencias de los demás. Por lo tanto, saber cómo ser asertivo sin ser maleducado o grosero, es una habilidad bastante importante.un comportamiento. Una persona asertiva expresa sus opiniones y sus sentimientos de una manera directa, pero sin dejar de ser apropiada. A la vez, esa persona también respeta la opinión, los sentimientos y las creencias de los demás. Por lo tanto, saber cómo ser asertivo sin ser maleducado o grosero, es una habilidad bastante importante.
Básicamente, el objetivo de estas líneas es proporcionar las herramientas necesarias para convertirse en una persona asertiva. Por decirlo de otra manera, averiguaremos cómo mantenerse firme, pero sin ofender a nadie. Estas son las 6 mejores maneras para ser más asertivo:
No exagerar las cosas
Antes que nada, el primer paso a seguir es mostrar seguridad… pero sin exagerar. Ciertamente, debes mostrar confianza en todos los aspectos, pero la clave está en no mostrar a toda costa tu posición o tu alto nivel de autoestima. Eso terminará por fastidiar a quienes te rodean y terminar con una imagen prepotente. Mucho cuidado porque la línea es muy delgada y nunca debes traspasarla.
Recuerda que es fundamental tener confianza en sí mismo, pero sin derribar a los demás. Tampoco te compares a ti mismo con los demás porque cada quien defiende sus propios méritos. Encárgate de ser lo mejor que tú puedas y deja que los demás se preocupen de ellos mismos.
Una de las mejores maneras de mostrar tu confianza es trabajando en tu postura. Camina erguido y mira a las personas en los ojos. Eso es creer en ti mismo. Es probable que a veces no sientas la suficiente confianza en una situación en particular. En estas ocasiones, con tan solo caminar como si tuvieras toda la confianza del mundo te ayudará, no solo a que te veas seguro a los ojos de los demás, sino también a sentirte seguro tú también.
Tener límites claros
Saber lo que quieres hacer o lo que serías capaz de hacer por ciertas personas es de gran ayuda. Si conoces bien hasta dónde puedes llegar, entonces no te verás a forzado a conseguir esos límites en medio de una situación estresante. (Aprende a gestionar el estrés)
Por ejemplo, si tienes un amigo que con regularidad te pide dinero, pero tú no sabes muy bien cómo manejar la situación, prepara una cantidad exacta del máximo que estarías dispuesto a facilitarle. Cuando ya no quieras darle más dinero, tenlo en mente antes de hablar con él. Debes estar preparado para establecer tus propios límites.
Proceder de esta forma evita que la otra persona se ofenda porque es una manera en la que tú actúas o ves las cosas. Desde luego, esto no tiene nada que ver con ser grosero, por el contrario, demuestra tu capacidad de ser asertivo.
No perder los valores ni los modales
Si hay algo importante que sí o sí debes recordar es jamás perder los modales. La capacidad que desarrolles para cuidar los modales en situaciones que ameritan ser asertivo es lo que traza la línea entre ser maleducado o asertivo. Cuando las personas empiezan a dejar a un lado sus modales en aspectos tan básicos como decir ‘por favor’ y ‘gracias’, entonces ya no eres tú mismo.
Automáticamente, las personas te percibirán como alguien irrespetuoso y ofensivo. Sin lugar a dudas, este hecho impedirá que las personas te escuchen. La ausencia de modales genera rechazo hacia tal comportamiento y difícilmente serás escuchado.
Cuando hables con otros, trátalos con el mismo respeto con el que te gustaría que trataran a cualquier integrante de tu familia. En ningún momento pierdas la compostura y cuida tus valores. Cualquier individuo a tu alrededor merece respeto.
No caer en la trampa del enojo
Como seres humanos, todos tendemos a enojarnos y como base fundamental de cualquier persona asertiva está el no enojarse. Es mejor confiar en tus propios instintos. Levantarte y hablar en voz alta no es lo mismo que gritar. El enojo propicia la pérdida de control de tu inteligencia emocional. Asumir esta postura podría perjudicar la manera en la que otros te ven, incluyendo tu jefe, pero también tus colegas y amigos. Lo peor es que no te escucharán realmente, y mucho menos te tomarán seriamente.
No hay excusas para no ser educado o mantener un tono de voz adecuado. En este punto, es muy importante darle valor a tus instintos porque para esa razón especial es que cada uno los ha desarrollado. Cuando mantienes la compostura es cuando mejor eres capaz de expresar una opinión porque tus instintos te dejarán saber si algo no va del todo bien, o hay algo que no deberías decir.

En conclusión, cree en ti mismo, cree en tus instintos, pero lo más importante es no enojarse tanto. No hay necesidad de pelear ni discutir con las personas. No hay necesidad de gritar así que mantén la calma y la serenidad.
Mantener la mirada en el objetivo
Mantener siempre la mirada en el objetivo es indispensable, sin embargo, en muchas ocasiones es difícil ser asertivo porque sientes miedo de que vas a molestar a la otra persona. Quizás después de escuchar tus palabras no seas la persona más agradable. La situación es más compleja cuando eres complaciente y todos lo saben.
¿Eres alguien a quien le encanta hacer feliz a los demás? Probablemente, ser asertivo es una misión con un nivel más alto de dificultad para ti. No obstante, en ocasiones se presentan circunstancias en las que debes recordarte a ti mismo cuál es el objetivo. A veces se amerita actuar con más contundencia de la que estás acostumbrado. Debes seguir adelante aunque la situación te traiga incómodo.
A veces es oportuno y necesario decir lo que está en nuestra cabeza porque hace más daño no expresarlo. Si estás buscando cambiar algo en ti, es prácticamente una necesidad ya que la mayoría de las cosas no se mueven a menos que las obliguemos. Por lo tanto, no temas cuando esta situación se presente. Solo hazlo y sin preocuparte de la reacción de los demás.
Prepararse y practicar la comunicación asertiva
Hay ocasiones puntuales en las que es necesario ser asertivo, como por ejemplo, en el trabajo. Pero antes de que llegue el momento, primero debes estar preparado. El ya conocido truco de pararse frente al espejo o con alguien muy cercano a ti da buenos resultados. Imagina un escenario en el que debas comunicar algo difícil a tus compañeros de trabajo o a tu jefe.
Hazte preguntas tales como, ¿cuál es mi objetivo? ¿Qué es exactamente lo que quiero decir? ¿Cómo me gustaría decirlo? Prepáralo bien en tu cabeza, tanto para un escenario que manejarías con facilidad, como para el escenario que más te aterraría enfrentar. Practícalo con alguien más y di en voz audible lo que necesitas comunicar. De otro modo, es más probable que cuando llegue el momento, tu lengua se haga un nudo y termines por rendirte.
Entonces, reúne todas aquellas palabras que son más difíciles de decir para ti. Esas que te ponen contra las cuerdas o en gran incomodidad. Ensáyalas para cuando llegue el momento y seas una persona asertiva.
Siempre recuerda que para algunas personas hablar o manifestar una opinión representa un gran desafío. Implica asumir mucho valor que la mayoría de las veces ni siquiera encontramos, en especial cuando hay que confrontar a alguien de mayor posición que tú.
Si te ha gustado este artículo sobre la comunicación asertiva, quizás te apetezca aprender más sobre crecimiento personal