Mark Twain: La edad es una cuestión de mente sobre materia. Si no te importa, no importa.
Frase de Mark Twain: La edad es una cuestión de mente sobre materia. Si no te importa, no importa.
Reflexión y Frase en Imágenes:
Esta cita apela a nuestra mentalidad, a cómo gestionamos nuestra perspectiva sobre la edad, pueden ser aplicadas a cómo vives tu vida. Cuando crees que eres viejo, te sentirás viejo. Esos achaques que notabas con los 40 años, comenzarás a notarlos con los 30. Si decidimos que nos hacemos más débiles, que nuestros huesos empiezan a fallar y que ya estamos cerca de la longevidad de nuestra vida, empezaremos a mirarnos más condescendientemente. Es importante entender que la vida va de etapa en etapa, y que la vida añade experiencia a nuestro currículum personal. No debemos mirarnos hacia abajo, sino mirar hacia delante y celebrar todo lo que ya hemos vivido. Con la edad, conseguimos algo que vale más que el dinero, que es experiencia. Y lo que pasa es que nuestra mente nos va engañando. Creemos que cambia nuestra capacidad física. Y sí, cambia, aunque más bien es por un deterioro a lo largo del tiempo. Pero nuestra fortaleza mental es mucho más consciente y nos puede engañar. Porque si creemos que somos infelices, lo seremos. Es decir, alguien que se pone a analizar si es feliz o no, acabará dándose cuenta de que no lo es. Son personas más reflexivas, como curioso. Porque alguien que realmente es feliz no se cuestiona la felicidad, simplemente la goza. De la misma manera la longevidad de la vida, y siendo objetivamente sinceros, nos damos cuenta que moralmente da igual si vives 60 o 80 años, si te mueres antes o después, porque el tiempo es el mismo, lo único que nos damos cuenta al final de nuestras vidas, cuando la edad es bastante avanzada, es a cuantos amigos hemos perdido por el camino, cuanta gente del círculo más cercano que formamos, de la gente que más queremos, se ha ido, y es por el paso natural de la vida. Son ellos los que nos revelan su pérdida, y eso nos hace creer que tenemos que dejar de aferrarnos a las cosas del pasado, y por suerte, cuando aceptamos nuestra tristeza, cuando aceptamos poder echar de menos a alguien, se nos pasa en parte la tristeza, aunque un pequeño vacío nos acompañará siempre.