Hábitos Atómicos: Mejora 1% Cada Día
El concepto de hábitos atómicos viene de un libro de James Clear, y si le prestas atención puede cambiar tu forma de ver las cosas.
En este artículo encontrarás un breve resumen sobre qué son los hábitos atómicos y cómo puedes implementarlos para mejorar tu vida.
Una forma de pensar en los hábitos atómicos es con este concepto:
Si pudieras mejorar un 1% cada día durante un año entero, terminarías siendo 37 veces mejor al final del año, y si fueras 1% peor, eso te haría deslizarte casi hasta cero. Suena bien, ¿Verdad?
Hábitos atómicos en 4 pasos
Lo interesante aquí es que todos queremos una transformación positiva, ¿No es verdad?.
Todos queremos una mejora radical, un éxito rápido, pero no nos damos cuenta de que los pequeños hábitos y las pequeñas decisiones ya nos están transformando todos los días, de ahí al nombre de hábitos atómicos, porque son muy pequeños, pero marcan una diferencia, tanto para bien como para mal.
Los hábitos atómicos tienen 4 etapas, vamos a revisarlas:
Notar
Uno de los conceptos para explicar este primer paso de los hábitos atómicos es la Intención de Implementación.Muchas personas piensan que carecen de motivación cuando lo que realmente les falta es claridad mental.
Piensan que necesitan estar más motivados, que necesitan fuerza de voluntad para ejecutar un hábito, y seguramente los habrás escuchado decir: “Si sólo tuviera ganas de escribir”, “si sólo tuviera ganas de meditar”, “si tuviera ganas de trabajar entonces lo haría” pero, de hecho, no tienen un plan para eso.
Así que se despiertan cada día pensando: “Me pregunto si me sentiré motivado para escribir hoy”; “Me pregunto si me sentiré motivado para hacer ejercicio hoy”.
Pero en verdad puedes eliminar la toma de decisiones al establecer explícitamente cuándo y dónde deseas implementar el hábito.
Suena fácil de decir, comenzamos un plan, sabemos exactamente lo que debemos hacer y luego tal vez no lo cumplimos. Por supuesto, todos sabemos que surgen desafíos, no es tan fácil.
Así que te presento una pequeña estrategia que me gusta usar para elaborar un mejor plan de acción y se llama Pre-Mortem.
Para aplicar esta estrategia debes pensar en el hábito, el proyecto, la meta más importante en la que quieres trabajar y quiero que imagines que avanzaste muy rápido, pasaron seis meses y fracasaste.
Ahora cuenta la historia de:
- ¿Por qué fallaste?
- ¿Qué sucedió?
- ¿Qué desafíos encontraste?
- ¿Qué fue lo que te sacó del curso que llevabas?
Una vez que tengas todas estas respuestas sobre la mesa frente a ti, puedes comenzar a tomar mejores decisiones sobre cómo desarrollar un plan.
Puedes comenzar a tener planes de “¿Y si esto sale mal?”. No es solamente decir “quiero hacer ejercicio durante 20 minutos el lunes a las 5 pm”, sino también “si no hago ejercicio porque tengo que llevar a mi hijo a la práctica o lo que sea, entonces lo haré el martes por la mañana a las 7 a.m.”.
Tendrás formas de adaptarte a los desafíos que se presenten.
Querer
Uno de los impulsores de hábitos y comportamiento humano más ignorados es nuestro entorno físico y esta es una visión interesante sobre nuestros deseos.
Tu entorno a menudo influye en tus deseos, quieres cosas simplemente porque son una opción, porque están frente a ti en un momento determinado.
Afortunadamente, no tienes que ser víctima de tu entorno, también puedes ser el arquitecto de él.
Puedes decidir diseñar algo para facilitar tus buenos comportamientos y frenar tus malos comportamientos, por lo que cuando se trata de hábitos:
- Si quieres practicar la guitarra, la colocas con más frecuencia en el medio de la sala de estar para que te la encuentres todo el tiempo.
- Si quieres leer más, cuando hagas tu cama por la mañana, toma el libro que deseas leer y colócalo encima de la almohada. Así, cuando vuelvas esa noche lo recogerás y leerás algunas páginas antes de dormir.
Muchos de nuestros deseos simplemente se establecen porque tenemos un entorno que nos da esa forma.
La moraleja es que es muy difícil adherirse a los hábitos positivos de manera consistente en un entorno negativo.
Tal vez puedas dominarlo una o dos veces, tal vez puedas tener la fuerza de voluntad para hacer lo correcto durante un día, pero si luchas constantemente contra esas fuerzas, será muy difícil seguir adelante.
Hacer
Lo más significativo aquí, especialmente para los hábitos, es que al principio lo más importante es simplemente callarte y repetir el esfuerzo, sólo para asegurarte de que perfeccionas la habilidad.
Y puedes comenzar a pensar en esto de la manera que me gusta pensar, y es que cualquier resultado que desees lograr es sólo un punto a lo largo del espectro de repeticiones.
Si haces algunas repeticiones más cada vez puedes imaginar una meta fácil, una meta moderada, una meta difícil, cuantas más repeticiones hagas, más cerca estarás de lograr ese objetivo.
Ahora, algo importante: debes optimizarte para la línea de salida, no la línea de meta.
Muy a menudo cuando pensamos en hábitos, objetivos, rutinas, logros, todo se trata del hito en el que pensamos:
- Cuánto peso queremos perder
- Cuánto dinero queremos ganar
- La cantidad de suscriptores que queremos tener
Todo está establecido en base a la línea de meta, pero si puedes optimizar todo para la línea de inicio y hacer que sea lo más fácil posible comenzar y repetir tus esfuerzos, a menudo los resultados simplemente son naturales.
Disfrutar
La única razón por la que repetimos comportamientos es porque los disfrutamos, porque nos gusta la recompensa.
Si no disfrutamos de la experiencia en el camino es poco probable que nos quedemos con ella, y eso significa que debes encontrar formas de traer una recompensa al momento presente.
Los buenos hábitos tienen un problema y ese problema es que para los buenos hábitos la consecuencia es inmediata. Hay un costo que ocurre en el momento, pero la recompensa a menudo se retrasa.
Necesitas descubrir cómo llevar la recompensa al momento presente para apegarte a un buen hábito.
Seth Godin tiene una pequeña cita muy agradable sobre esto: “la mejor manera de cambiar el comportamiento a largo plazo es una retroalimentación a corto plazo”.
Y una forma de pensar en eso es que los comportamientos a largo plazo, siguiendo con los ejemplos que dimos al principio de escribir durante años o ir al gimnasio, así como otros hábitos tienen esas consecuencias tardías, por lo que necesitas una forma de disfrutarlo en el momento.
Puedes aprender más sobre la diferencia entre gratíficación instantánea y gratificación aplazada en este artículo.
Un truco para eso es tener un calendario de pared donde puedas ver todos los días del año trazados en él y luego, cualquier día que hagas tu tarea de escribir chistes durante 15 minutos, quiero que pongas una X en ese día.
Tendrás un par de arranques falsos aquí y allá, pero en algún momento obtendrás algo así como una cadena, tendrás cuatro, cinco, seis, siete, ocho días seguidos y en ese punto, tu único objetivo será no romper la cadena.
Lo interesante de esto es que al medir tu progreso obtienes una recompensa inmediata en el momento correcto, la recompensa de tener una buena rutina después de cuarenta días o después de 40 semanas a partir de ahora está tan lejos, que necesitas algo en el momento que te haga sentir bien.
Así que si haces esos 15 minutos puedes tachar eso, es una forma de obtener un impulso inmediato, una pequeña recompensa sólo monitoreando tu progreso y siguiéndole la pista a la meta final.
Logrando el verdadero cambio
A menudo para lograr algo nuevo y convertirnos en alguien nuevo, tenemos que abandonar todo lo que somos, pero de hecho no es así como funciona.
El cambio puede suceder nivel por nivel, tabla por tabla, hábito por hábito y gradualmente puedes convertirte en alguien nuevo, con consistencia y repetición.
En realidad, puedes cambiar no sólo tus resultados, sino tu identidad.
Cuanta más evidencia tengamos de una creencia, es más probable que la creamos:
- Si vas a la iglesia todos los domingos durante 20 años, creerás que eres religioso.
- Si estudias español todos los jueves por la noche durante 20 minutos, creerás que eres estudioso.
Las acciones que tomas proporcionan una evidencia de quién eres y no es que los hábitos necesariamente importen más de manera individual.
Cada momento de la vida importa.
Pero lo que termina sucediendo es que con el tiempo las cosas que haces una o dos veces se desvanecen. Sim embargo, las cosas que haces una y otra vez, día tras día, semana tras semana, acumulan la mayor parte de la evidencia de lo que crees de ti mismo.
Cada acción que tomas es en realidad un voto para el tipo de persona que quieres ser. Si quieres convertirte en alguien nuevo, entonces puedes comenzar a actuar diferente y acumular evidencia de esa identidad, de esa creencia sobre ti mismo.
De esta forma, cuantos más votos tengas más probabilidades de ganar las elecciones. No necesitas ser unánime, no tienes que ser perfecto todo el tiempo, sólo necesitas trabajar en ello y esforzarte.
El verdadero cambio no es un cambio de comportamiento, no es un cambio de resultados, no es un cambio de proceso, es cambio de identidad.
- El objetivo no es leer un libro, sino convertirse en un lector.
- La meta no es escribir un libro o escribir un artículo, es convertirse en escritor.
- El objetivo no es correr un maratón, es convertirse en un corredor.
El concepto es convertirse en un tipo de persona, desarrollar una identidad. Y la forma de ser algo o convertirse en alguien es a través de hacer algo, así que:
- Cada vez que te sientas a escribir, estás siendo un escritor.
- Cuando practicas un deporte, estás siendo un atleta.
- Cada vez que practicas pintura o música, estás siendo un artista.
Los hábitos no son sólo el método a través del cual logramos medidas externas de éxito, como perder peso o ganar más dinero o meditar y reducir el estrés, sino que también son el camino a través del cual logramos un cambio interno y, de hecho, nos convertimos en alguien nuevo.
Los hábitos son el camino a través del cual forjamos la identidad y las creencias más profundas que tenemos sobre nosotros mismos, nuestro sentido del yo y, por lo tanto, si puedes cambiar tus hábitos, puedes cambiar tu vida.