Cómo el estoicismo nos puede ayudar a enfrentar la muerte y el final de la vida con serenidad.
El estoicismo ha existido como un conjunto de principios prácticos durante más de dos mil años. Al centrarse en la preocupación por la inevitable verdad del final de la vida, los estoicos han desarrollado una comprensión profunda de cómo enfrentar la muerte y los límites físicos de la existencia. El estoicismo enseña que enfocarnos en aquello que podemos controlar y aceptar lo que no podemos, es una forma de aliviar nuestros miedos inherentes y aprovechar nuestra corta vida al máximo. Esta filosofía nos ayuda a abrazar la realidad de la muerte desde una perspectiva que valora la existencia y se enfoca en la aceptación y el control de aquello que somos capaces de controlar. Enfrentamos la muerte serenamente cuando somos conscientes de que su aceptación nos ayuda a vivir mejor y con una actitud más sabia. Esto asume una gran cantidad de valor, coraje y fortaleza, lo que nos ayudará a sentirnos más capaces de controlar lo que está fuera de nuestro alcance.
¿Cómo ayuda el Estoicismo a aliviar nuestros temores?
El Estoicismo se concentra en lidiar con los temores ineludibles e inevitables que todos experimentamos; desde el miedo a la muerte hasta el temor a lo desconocido. La base de este sistema de creencias se centra en el control de nosotros mismos. Los estoicos creían que debíamos controlar nuestros sentimientos y pensamientos, centrándonos en las cosas que realmente importan y controlamos en lugar de en aquellas cosas que están fuera de nuestro alcance. Esta mentalidad nos ayuda a tomar el control de nuestras emociones y no dejar que el miedo nos impida vivir paralizados. Una vez que entendemos que algunos temores pueden ayudarnos a vivir mejor, es mucho más fácil enfrentar y superar dramáticamente los miedos y preocupaciones que son inherentes al ser humano.
Los estoicos creen que el miedo se puede superar al aceptar con mayor claridad nuestros límites de control y aceptar lo que no está en nuestras manos. En lugar de resistirse a enfrentar el miedo, los estoicos nos instruyen a acercarnos al miedo y aprender cómo lidiar con él; Reconociendo que el miedo es inevitable, con el tiempo los estoicos se dieron cuenta de que la forma de enfrentarlo es una actitud de aceptación. Esta mentalidad ayuda a aceptar el miedo como un sentimiento natural, y no permitimos que nos paralice.
En lugar de vivir nuestras vidas en un temor constante, el estoicismo nos instruye a abrazar la incertidumbre y disfrutar de los momentos que compartimos con los demás. Si nos enfocamos en las cosas que realmente valemos, entonces nos liberamos de una gran cantidad de los temores autoimpuestos y preocupaciones que enfrentamos. Podemos descubrir quiénes somos y cómo queremos mantenernos firmes en un estado mental saludable.
¿Cuál es la mejor forma de afrontar la muerte desde el Estoicismo?
Según los estoicos, la mejor forma de enfrentar la muerte es aprender a aceptarla. La muerte es una parte noble de la vida, ya que nos recuerda la verdad de que hemos de aprovechar el tiempo que tenemos para vivir una vida plena y significativa. En lugar de vivir aterrorizados por el final inevitable de la vida, los estoicos nos incitan a centrarnos en cultivar un entendimiento más profundo de las cosas buenas que podemos hacer durante nuestra existencia. Los estoicos nos alientan a reflexionar sobre cuáles son nuestras prioridades, cómo nos relacionamos con los demás, cómo podemos vivir de acuerdo a nuestros valores, cómo vivimos de manera significativa y mucho más.
Un enfoque estoico para el fin de la vida nos dice que es importante aceptar que la muerte es el destino de todos nosotros. Reconocer la certeza de la muerte nos ayuda a desarrollar una nueva humildad; la aceptación de este final inevitable nos alienta a relacionarnos con los demás de manera franca y abierta, seguros de que cada día es un regalo. Con cada día que pasamos, nos acercamos más a la realidad inevitable de la muerte, y nos alienta a vivir cada día como si fuera el último. Esto nos hace pensar más profundamente en la forma en que pasamos nuestras vidas, insistiendo en que nos centremos más en lo que realmente valemos y nos enfocamos en hacer una diferencia real. Lo más importante no es el tiempo que pasamos tratando de evitar la muerte, sino el tiempo que pasamos tratando de vivir una vida plena y significativa. A través de la aceptación de la muerte, haremos justicia a nuestras vidas y a aquellas que nos rodean.