Buda: La lengua es como un cuchillo afilado… mata sin que brote la sangre.
Las palabras pueden llegar a hacer mucho daño si son escogidas con esa intención y pronunciadas por ciertas personas en nuestras vidas. Puede que no hagan un daño físico evidente, pero eso no significa que duelan menos. Las palabras nos producen otro tipo de dolor que no se cura con medicinas y pomadas. Del mismo modo que las pueden utilizar contra nosotros, tenemos que aprender a medir lo que decimos, cómo lo decimos y a quién se lo decimos. Suponen un gran poder, y una gran responsabilidad.